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EL CEREAL

Si miramos por la ventanilla del coche mientras estamos viajando, será muy probable que la mayoría de explotaciones que veamos sean de cereal, pues en España se cultivan alrededor de 6 millones de hectáreas. Así pues, estamos hablando del cultivo con mayor base territorial y mayor distribución en todo el país.

Se trata de una planta herbácea de monocotiledónea de ciclo vegetativo anual que abarca especies como la cebada, la avena, el trigo duro, el trigo blando, el centeno, el maíz o el alpiste, entre otros. Se caracteriza por una estructura morfológica formada por un tronco con forma de caña del que aparecen diversas espigas o panículas y que proporciona unos granos que se utilizan para la alimentación, tanto humana como animal. En este sentido, es uno de los productos básicos que constituyen la dieta alimenticia en todo el mundo.

Del cereal destaca su gran adaptación a los diferentes suelos y condiciones climatológicas, que han favorecido su extensión tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. Además, no solo se utiliza el grano, sino también la paja para la alimentación de rumiantes o la cama del ganado.

España es el cuarto productor de cereal en la UE, con más de 23 millones de toneladas. Se sitúa así por delante de Reino Unido y Rumanía y por detrás de países como Francia, Alemania y Polonia. Además, nuestro país también es exportador de productos, principalmente de harina y de sémola.

Aunque el cereal se sitúa en todo el territorio nacional, Castilla-La Mancha es la segunda región cerealista española, pues ocupa el 23% de la superficie y cerca del 17% de la producción. Este 2018, CLM ha superado los 4 millones de toneladas, un 54,22% más que en 2017.

En las siguientes imágenes se puede ver la cosecha del cereal en Corral Rubio (Albacete). Fuente: Manuel López

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Vídeo de la siembra del cereal. Corral Rubio (Albacete) / Producción y edición: María López

¿Cómo se siembra?

Llega el mes de noviembre y los agricultores de Castilla-La Mancha se preparan para la siembra del cereal. Para ello, deben acondicionar la tierra y, posteriormente, limpiar las semillas o comprarlas certificadas. Aunque esta segunda opción, según afirma Manuel López, resulta mucho más costosa.

Cuando la semilla está preparada, se vierte en la sembradora. Una vez que todo está listo, el agricultor se traslada hasta la explotación y allí comienza el proceso. En primer lugar, se regula la profundidad de la máquina para introducir el grano en el terreno a unos 4 cm. Una vez  sembrado, se rulea para evitar heladas. Lo primero que se siembra es la avena, seguida de la cebada y el guisante. No obstante,  también se pude realizar rotación de cultivo si no se quiere dejar descansar la tierra.

En el mes de marzo, pasados 6 meses desde la siembra, el agricultor revisa la tierra, lleva a cabo los cuidados correspondientes y deja todo listo para la cosecha que tendrá lugar en el mes de junio. Una vez que se ha recogido el grano, este se puede vender o, si el agricultor lo prefiere, puede almacenarlo y comerciar con él más adelante.

Manuel López, agricultor de la región, explica más en el siguiente vídeo.

Galería compuesta por fotografías hechas en el municipio de Corral Rubio (Albacete) / Fuente: María López

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