EL PISTACHO
El pistacho es un cultivo en expansión en muchas zonas de España, país que dispone de 25.000 hectáreas de este árbol. Aunque su desarrollo comenzó en 1996, el 90% de la plantación ha tenido lugar en los últimos cuatro años. Este incremento ha estado estimulado por su excelente productividad y por las mejoras que brinda a las tierras de secano, lo que supone una gran esperanza para los agricultores que, con el paso de los años, han ido sustituyendo cultivos deficitarios como el cereal por este fruto.
A pesar de su rentabilidad, es necesario tener en cuenta que se requiere de una inversión inicial muy elevada que se recuperará a medio/largo plazo. Para que el pistacho comience a dar sus frutos se necesitan entre siete y ocho años de cuidados intensivos durante los cuales el agricultor no obtiene ningún beneficio. Sin embargo, cuando empieza a producir, se consiguen rendimientos superiores al resto de cultivos tradicionales, pues su vida productiva puede alcanzar los 50 años.
Entre sus numerosas ventajas, destaca su fuerte resistencia a las heladas, su longevidad y la disponibilidad de un mercado asegurado para su consumo. Además de venderse como fruto seco, se utiliza mucho en pastelería y repostería y en la fabricación de colorantes y aceites cosméticos.
Aunque España solo produce el 0,02% de pistacho a nivel mundial, Castilla-La Mancha concentra el 80% de la producción de este cultivo en el país. En tan solo cinco años, se ha multiplicado por cuatro la superficie plantada, pasando de unas 4.000 hectáreas en 2012 a casi 15.000 en 2017. Este incremento es debido, en gran medida, a la buena adaptación del pistacho en la zona de La Mancha, ya que las condiciones climatológicas en esta región son las que el fruto necesita.
Pedro Gómez, agricultor y administrador de la empresa Pistachos del Júcar S.L, prevé que los kilos recogidos en 2018 serán similares a los de 2017, pero sostiene que habrá una merma en cuanto a peso y calidad provocada por enfermedades de hongos.
La siguiente galería está compuesta de fotografías tomadas en Valdeganga (Albacete). Se puede observar la plantación de pistacho, el fruto maduro y el proceso de recolección con un "paraguas" acoplado al tractor. (Fuente: María López).
Pedro Gómez.
Administrador Pistachos del Júcar S.L.
Producción 2018
Galería compuesta por fotografías realizadas en Valdeganga (Albacete) / Fuente: María López
¿Cómo se cultiva y cómo se recolecta?
Existen dos técnicas para plantar el pistacho. El cultivo se puede realizar mediante un portainjertos, injertando directamente en el campo la variedad deseada. No obstante, también se puede comprar la planta ya injertada previamente en un vivero e insertarla directamente en la tierra, lo que supone un adelanto en la producción, pero también un coste económico mayor. Pedro Gómez sostiene que comprar el pistacho ya injertado evita complicaciones, pero hay que saber cómo se inserta y hacerlo en una buena época. Además, necesita cuidados habituales durante el primer año.
Pedro Gómez.
Administrador Pistachos del Júcar S.L.
Técnicas de cultivo
En cuanto a su recolección, durante los primeros años se realiza de forma manual mediante mantas o vibradores manuales. A partir del octavo año, cuando la producción es de gran calibre, se utiliza una máquina especializada denominada “paraguas” que se encarga de vibrar el árbol para obtener el fruto. Una vez recogido, si la cantidad es elevada, se transporta a plantas procesadoras que se encargan de realizar los pasos posteriores. Sin embargo, si hay poca cantidad, los pistachos se trasladan a almacenes y se lavan y secan de forma manual. Paco Gómez explica de forma detallada todo el proceso.
Pedro Gómez.
Administrador Pistachos del Júcar S.L.
Recolección del pistacho